Literature
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Un día normal, en el Infierno no hay nuevas, el gallo duerme antes de que el sol madrugue. La basura, un bien preciado, adquiere piernas ágiles antes del amanecer.
Jean Pierre se levanta, sudor en la frente, paludismo en la sangre y vacio en los bolsillos. Mira sin vista, los ojos turbios, los cuerpos yacientes de sus hijos, abombados, esclavos del Kwashiorkor, desprovistos de vida y risas, con el futuro arrancado y una deuda heredada.
Marie le sigue el paso, dejando a los pequeños al cuidado de su mayor, que sólo cuenta con 12 primaveras. Con suerte, conseguirá un poco de manteca, que dará sabor al